#27
Infraestructuras culturales

Hace pocos días se ha reanudado la discusión sobre la posibilidad de que el Hermitage abra una delegación de su museo en Barcelona. Esta discusión, que se ha solapado a la oxigenante donación de un millón de euros que la Fundació Vila Casas ha hecho a la Fundació Joan Miró, evidencia la preocupación por nuestro tejido cultural y la convicción que es un capital de futuro en el que debe invertirse. Planteamos este número en la misma dirección porque creemos que las infraestructuras culturales son un ámbito esencial para detectar si las instituciones públicas tienen proyectos de futuro para sus sociedades o, por el contrario, si siguen dilapidando el tiempo. Ya sea hablando del patrimonio romano de Tarragona o de las experiencias tecnológicas que pueden alterar para siempre nuestra experiencia de la cultura, entendemos que el país que vendrá sólo será más rico si la oferta cultural que ofrece a los ciudadanos es más densa, meditada y arriesgada y piensa con los valores de nuestro momento. La Biblioteca que no, la pospuesta Biblioteca Central de Barcelona, es un ejemplo prototípico y por ella, y por el futuro de las infraestructuras culturales, entendemos este número como una oda a la cultura.