Una nueva ciencia urbana
La célebre película Gattaca dibujaba un futuro distópico donde el avance tecnológico y de la ciencia de los datos disparaba las posibilidades en campos como el urbanismo, la genética, y la conquista del espacio. Al mismo tiempo alertaba de los peligros inherentes al potencial mal uso y abuso de la tecnología y los avances en el campo matemático, una amenaza latente que ponía de relieve la importancia de supeditar los beneficios de los avances científicos y tecnológicos a planteamientos éticos y morales.
Pocas décadas después observamos como los incipientes, pero al mismo tiempo vigorosos y prometedores avances de la ciencia de los datos, el aprendizaje automático y la inteligencia artificial están revolucionando numerosos campos del conocimiento. Ahora bien, nuestra sociedad se enfrenta a numerosos retos de primer orden, para los que no dispone de soluciones solventes con las herramientas tradicionales actualmente disponibles. En función de cómo orientamos y potenciamos la innovación tecnológica y sus aplicaciones, estaremos o no estaremos en condiciones de dar una respuesta de calidad a los desafíos que amenazan con deshumanizar el mundo donde vivimos.
El reto de generar prosperidad distribuida en la era de la robótica, la automatización de procesos y la inteligencia artificial
Uno de los grandes retos que nuestra sociedad tendrá que afrontar en los próximos años es el de dar respuesta solvente a los periodos de estancamiento económico y falta de oportunidades laborales atractivas que afectan directamente la vida de buena parte de los ciudadanos de los países occidentales. Estos tales fenómenos se deben primordialmente a tres factores: (1) la falta de ideas, de ética y de liderazgo que observamos en el mundo occidental desde hace décadas; (2) la disrupción producida por la irrupción desde el punto de vista sistémico de nuevas tecnologías que transforman los sistemas productivos y las relaciones interpersonales en el mundo laboral; y (3) la globalización del comercio internacional que ha permitido el auge de nuevas potencias económicas, particularmente en Asia.
Los avances en el campo de la ciencia de la complejidad, la teoría de redes y la inteligencia artificial permiten dar respuesta solvente a retos urbanos como el estancamiento económico, la desigualdad y la deshumanización creciente de las ciudades.
Se prevé que durante las próximas tres décadas, las clases medias de países como China o India se tripliquen, algo que representará un cambio dramático en las relaciones de poder y comercio en el plano de la geopolítica. Asimismo la emergencia de tecnologías fundamentadas en la inteligencia artificial, la robótica y la automatización de procesos amenazan con destruir como poco un tercio de los puestos de trabajo en el mundo occidental tal como hoy los entendemos. El mundo occidental, y particularmente el continente europeo, da muestras claras de agotamiento y de haber perdido el pulso de la innovación, así como del liderazgo en el desarrollo de nuevas soluciones, que permitan generar ciclos económicos virtuosos que beneficien a la mayoría de la población.
Como consecuencia de estos factores, la sociedad Occidental se enfrenta a un periodo de gran incertidumbre. El continente europeo, a modo de ejemplo, ha pasado de representar el 34% del PIB mundial a sólo el 17% en cuatro décadas, y la tendencia sigue a la baja. Europa es un gran centro de consumo, pero parece haber perdido el empuje civilizador, productivo y creativo que caracterizó al continente durante siglos. Ahora bien, el estado actual de la sociedad y la economía europeas no están escritas: si bien los augurios a corto plazo no son penosos, también es cierto que felizmente todas las teorías deterministas y materialistas de la economía y de la historia han demostrado ser un fraude intelectual carente de todo rigor.
La Ciencia de la Complejidad y la Teoría de Redes aportan nueva luz al diseño urbanístico y la comprensión de los mecanismos de activación económica
Pese a los riesgos y las amenazas objetivos que estos factores pueden representar para la sociedad europea, en general, y la catalana, en particular, nuestro futuro individual y colectivo no está escrito. Disponemos de herramientas de análisis al alcance para diseñar intervenciones estratégicas que nos permitan impulsar nuestro potencial y generar oportunidades que beneficien estructuralmente a la sociedad en su conjunto.
Un campo que ha experimentado avances formidables durante los últimos años es el de la Ciencia de la Complejidad y la Teoría de Redes, y en particular sus aplicaciones en la economía. El concepto de Complejidad Económica creado por Ricardo Hausmann (Harvard) y César Hidalgo (MIT) aporta nuevas luces al problema de la identificación de los ingredientes y las dinámicas que son el motor de la prosperidad de las naciones. El modelo de teoría de redes que han diseñado supera de largo todos los estudios previos con respecto a la identificación de los factores claves que permiten a los países y regiones disponer de un diagnóstico y modelo de predicción de su fortaleza económica. El Atlas of Economic Complexity identifica que el motor de la economía de un país es el knowhow colectivo de aquella sociedad, cuyo vector de avance es el fenómeno de la innovación. Si bien es de gran utilidad para iluminar diagnósticos precisos y la toma de decisiones de especialización inteligente a nivel de país, tiene una gran limitación: la gran mayoría de decisiones económicas de calado se producen en escalas sub-nacionales.
Alta resolución de la Complejidad Económica: el reto del análisis de la innovación a escala urbano
Nuestro equipo de investigación en Innovación Urbana de la Universidad de Harvard, fundado con los compañeros de investigación Jeremy Burke y Fernando Yu, se centra en el análisis a escala territorial de los ingredientes y las dinámicas que permitan liberar el potencial latente de la sociedad para crear una sociedad más humana, y una economía más dinámica, creativa y generadora de prosperidad distribuida.
A tal efecto, hemos territorializado el modelo de Complejidad Económica a escala urbana, y analizado los 50 Distritos de Innovación más potentes de los Estados Unidos, en ciudades como Nueva York, Boston, Chicago, Los Ángeles, San Francisco Bay Area, Seattle, y muchas otras, a la luz de la Ciencia de la Complejidad y la Teoría de Redes. Hemos sintetizado los resultados del estudio en el Atlas of Innovation Districts, que en el futuro se ampliará para incorporar también el territorio europeo.
Los tres factores que permiten liberar el potencial innovador latente en la sociedad
Como resultado del nuestro análisis, hemos detectado y analizado matemáticamente la estructura y jerarquía interna de las tres redes que permiten liberar el potencial innovador de un territorio:
- La Red de Talento
- La Red de Estructuras Organitzativas, y
- La Red de Diseño Urbano: criterios y tipologías de diseño urbano e infraestructural que configuran el espacio físico donde se desarrolla el tejido productivo
Nuestro modelo permite evaluar la calidad de las tres redes. A modo de ejemplo el resultado del nuestro análisis revela qué modelos de topología, morfología, y entropía urbana favorecen la interacción humana fructífera que permite la consolidación de ecosistemas de innovación exitosos que promocionen el mérito y el talento.
La buena noticia es que los tres factores principales dependen de decisiones humanas, y que son factores humanos los que condicionan su desarrollo. La identificación de las relaciones de causa-efecto principales que favorecen o dificultan el fortalecimiento del knowhow colectivo constituye un ejemplo de cómo la ciencia de los datos puede iluminar problemáticas de nuestro tiempo, y servir de apoyo para orientar criterios de diseño urbanístico y la toma de decisiones estratégica, que nos permitan en definitiva conformar en el futuro una sociedad más libre, próspera, y humana.