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Ante la revolución digital que amenaza con llevarse por delante la democracia liberal, Europa tiene un papel fundamental
Europa como esperanza digital
José María Lassalle
Escritor y profesor. Sus libros más recientes son "Contra el populismo" (2017) y "Ciberleviatán" (2019). Colabora en La Vanguardia y El País -
Debemos crear conciencia de que una parte de los derechos beneficiosos para los trabajadores que hoy están en nuestras normas laborales proceden de la UE
Un trabajo más humano para una Europa social
Luz Rodríguez
Es profesora de Derecho del Trabajo en la Universidad de Castilla-La Mancha y experta en desarrollo económico y trabajo decente de la COTEC@rodriguezluz_
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Hay un bloque antieuropeo y hay otro proeuropeo; es importante que este año las fuerzas proeuropeas se hayan atrevido a hablar de una Europa que proteja
Un modelo de protección “à la française”
Dídac Gutiérrez-Peris
Es profesor en el Sciences Po Paris y director de encuestas europeas. Coautor de "Le pari de l’avenir y Vivre ensemble face aux peurs" -
La UE ha sido desde los orígenes, en la letra de los tratados y en la práctica política y social, una unión de pueblos regida por la idea de unidad en la diversidad
¿Qué soberanía?
Cristina Ares
Es profesora de Ciencia Política en la Universidade de Santiago de Compostela. Ha publicado diversos artículos, capítulos de libros y libros sobre temas relacionados con la gobernanza multinivel de la UE@cristinaarescc
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Derechos y libertades
17 May 2019
Editorial
Cuando se acercan las elecciones al Parlamento Europeo, siempre resuena una cantinela derrotista: la Unión, a pesar de su influencia en nuestra vida, es un proyecto con el que los ciudadanos europeos no nos sentimos tan comprometidos como deberíamos. Esta crisis perenne es su realidad cotidiana. Y desde la crisis económica aún lo es más. Pero nunca como ahora la dificultosa institucionalización del europeísmo había estado tan amenazada por fuerzas a la vez nacionalistas y reaccionarias que quieren demoler desde dentro este venerable proyecto democrático que durante su historia ha actuado como un neutralizador de conflictos. En tiempo de normalización del nuevo autoritarismo, más que el viejo traspaso de soberanía, tal vez el desafío europeísta sea detectar cuáles son las vías compartidas que deban permitir una nueva legitimación del espacio de derechos y libertades más consolidado del mundo: detectarlas y afrontarlas políticamente. Algunas de estas vías de consolidación las proponemos hoy.