Una incertidumbre persistente

Profesor permanente de la London School of Economics. Experto en economía de la salud y economía política. En 2020 publicará The Political Economy of Health and Healthcare.

Cuando 16.2 millones de personas del Reino Unido apoyaron la opción del referéndum de salida de la Unión Europea nunca imaginaron lo difícil que sería el camino y menos aún sus consecuencias. No en vano la UE es un entramado institucional encaminado a crear crisis sistemáticas que se resuelven siempre con ‘más integración’. Tras más de cincuenta años compartiendo acuerdos e instituciones, los nexos con la UE son mucho más profundos de que uno podría imaginarse. La UE no tiene mecanismos de salida definidos: no fue creada para desintegrarse,  sino más bien para crecer.

La caída de la inversión por el Brexit no se produjo de inmediato sino gradualmente, empezando con las empresas más expuestas al principal mercado que es la Unión Europea

La falta de mecanismos de salida, y la proliferación de los acuerdos posibles con y sin la entrada de Irlanda del Norte, llevan a un nuevo terreno que algunos califican de “incertidumbre persistente”. Tres años después de la votación del referéndum original, el Reino Unido aún no ha salido de la UE y no hay claridad sobre cuál va a ser el resultado final.

Impacto económico

Un estudio de Nicholas Bloom y colaboradores publicado por el  prestigioso National Bureu of Economic Research  ha encuestado 5.900 empresas del Reino Unido que emplean a un 14 por ciento de los trabajadores del sector privado. El resultado muestra que la inversión en las empresas británicas se ha reducido un 11% y la productividad se podría haber reducido hasta un 5%. Esta reducción se debe a que un 40 por ciento de las empresas clasifican el Brexit como su incertidumbre principal. Es cierto que la caída de la inversión no se produjo de inmediato sino gradualmente, empezando con las empresas más expuestas al principal mercado que es la Unión Europea. También observan una correlación entre pérdidas de productividad e incertidumbre, reportada a los recursos destinados a los preparativos del Brexit que se desvían de actividades productivas.

En el período comprendido entre noviembre de 2018 y enero de 2019, según la encuesta de DMP, el 10 por ciento de los directores financieros y el 6 de los directores ejecutivos dedicaron al menos 6 horas a la semana a cómo lidiar con el Brexit. Más del 70 por ciento dijo que dedicaron a ello parte de su tiempo durante todas las semanas. Otros factores –como la desaceleración en inversión en I + D, software y capacitación, y menos personal calificado de nacionalidad extranjera– pueden contribuir a un descenso más lento de la productividad

Esta incertidumbre se traduce en los precios.

La única salida es otro referéndum.

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