Oportunidad empresarial
Asistimos a una revolución digital de la mano de nuevas tecnologías (la IA, el Big Data, la Analítica de Datos o el Cloud y otros). Los efectos de esta revolución en nuestra vida son evidentes. Pero también lo son en el mundo empresarial (transformación digital) y los nuevos modelos de negocio, en el mundo más industrial (industria 4.0, robotización…) o el de la interconexión de las cosas (IoT, vehículo conectado…). Está pasando en nuestras ciudades y pueblos, allí donde se desarrolla nuestra vida, nuestra interacción social y empresarial, comercial y administrativa, cultural y de ocio.
Por este motivo, cuando hablamos de ciudades desde una perspectiva de mejora, de crecimiento y de calidad, debemos hablar de ciudades de futuro, competitivas, conducidas por dicha revolución digital. Y es aquí donde se sitúan las que denominamos “ciudades inteligentes”, expresión que agrupa el futuro de nuestras ciudades desde una perspectiva estratégica y operativa. Y que lo hace de la mano de la interacción de las tecnologías digitales y del uso que de ellas hacen a las personas, las empresas y las cosas (si me permitís) en su vida diaria.
Nuestra realidad es esta e impacta en todos los ámbitos de una ciudad y de las personas: educación, salud, seguridad, movilidad, vivienda, empresa, infraestructuras, energía, bienestar, medio ambiente, turismo, ocio, cultura… Hoy es ya una realidad y abre la puerta a una verdadera transformación y a la redefinición de las ciudades. ¿Cómo serán la educación o las infraestructuras? ¿Qué implicaciones tendrá en los servicios de salud o y bienestar? ¿Con la movilidad, la planificación, la sostenibilidad, los espacios de trabajo, las empresas, los perfiles laborales…?
Las principales empresas catalanas y el volumen de negocio principal están concentrados en sectores clave, pero con soluciones todavía poco disruptivas. Imaginaos si sumáramos las tecnologías digitales.
Así entramos en un futuro repleto de retos y oportunidades para nuestras ciudades. Un futuro en el que, sí o sí, debemos gestionar para crear oportunidades para los ciudadanos y las empresas y para competir en un “mercado global de ciudades”.
Volumen económico
En este marco, situándonos ya en el campo empresarial, se afirma que hacia el 2025el negocio en torno a las Ciudades inteligentes se situará en más de 225.000M de $. ¡Qué oportunidad para nuestras empresas! Y no partimos de cero. En Catalunya, según el último estudio del sector hecho por ACCIÓ (año 2015), ya tenemos más de 270 empresas relacionadas con este cambio de paradigma, con una facturación en torno a los 7.000M de € y que emplean a más de 116.000 personas. Por otra parte tenemos ya ciudades de referencia global en este ámbito, como Barcelona, pero también lo son muchas de nuestras ciudades medianas. Contamos con un ecosistema en el que destacan multinacionales con inversiones importantes, universidades y escuelas de negocios, laboratorios públicos. O la Smart City Expo & Congress, acontecimiento de referencia mundial.
Tenemos una buena base, pero estamos solo en el comienzo. La oportunidad para el tejido empresarial catalán es, pues, inmensa. Si hoy ya representa casi un 3% del PIB catalán, vale la pena identificar cuáles son hoy las oportunidades y lo serán en un futuro próximo.
Las principales empresas y el volumen de negocio principal hoy están concentrados en sectores clave de las ciudades como la movilidad, la iluminación o la gestión de los residuos. Pero básicamente lo están desde la perspectiva más tradicional o con soluciones que aún son poco disruptivas. ¡Imaginad si sumáramos nuevas soluciones o las tecnologías digitales que mencionábamos antes! La movilidad inteligente, la eficiencia energética que va más allá de la iluminación o la gestión de residuos desde una perspectiva no sólo de eficiencia con la aplicación de la tecnología, sino de sostenibilidad o economía circular.
Sectores de crecimiento
El campo de la salud y la gestión del bienestar de las personas. Más allá de lo que se conoce como ehealth, podemos encontrar nuevos campos de negocio en la gestión de los servicios sociales o la atención a las personas mayores o con impacto en la mejora de la calidad de vida, pero también en la eficiencia de los servicios públicos. El ejemplo del proyecto Vincles –ganador del premio Bloomberg por parte de Barcelona- lo demuestra, fomentando, en base a la aplicación de tecnologías digitales, el trabajo en red y la atención en red a personas mayores que viven solas.
Pensemos en la gestión del espacio público. La definición de nuevos equipamientos donde las tecnologías digitales pueden aportar nuevos usos y nuevas eficiencias. La planificación urbana de la mano de nuevos fenómenos como el automóvil (por extensión bus, camiones y otros sistemas de transporte urbano) autónomo y conectado. La aportación que pueden hacer los drones desde todas las perspectivas, no sólo a nivel de gestión pública del espacio, sino también nuevas modalidades por ejemplo de transporte de mercancías o personas. Y sin olvidar el teletrabajo, por ejemplo, y su impacto en espacio o en la movilidad, y un largo etc.
También tienen campo para avanzar el sector de la seguridad, de las emergencias o de la propia resiliencia de las ciudades. Ejemplos como los que hemos visto en China con el reconocimiento facial (más allá de la polémica sobre la privacidad), pueden ser una mejora para la seguridad en una ciudad. De la misma manera que pueden serlo sistemas integrados de seguridad con capacidad para dar respuestas eficientes a incidencias o emergencias.
En el ámbito de la gestión pública, se pueden introducir elementos como las plataformas de gestión integrada de las ciudades: podremos cruzar los datos de millones de sensores (incluso de los propios ciudadanos como tales), con la mejora de las decisiones o la capacidad de generar escenarios de predicción o modelización y planificación. Al mismo tiempo podemos hablar de la propia eficiencia del sector público o los campos del open data y las oportunidades de negocio que puede generar para nuestras empresas.
Y en el campo del turismo, que es tanto importante en la economía catalana, estas tecnologías digitales pueden vincularse al campo experiencial y a la gestión eficiente de la estancia o en nuevas formas de ocio y cultura. Y etc. etc.
Red de ciudades
Nuestro tejido empresarial tiene un abanico inmenso de oportunidades de negocio. Y tenemos la suerte que el nuestro es un territorio articulado en torno a un sistema de ciudades y metropolitano que es de los más dinámicos de Europa. Eso puede ayudar a nuestras empresas para que puedan ser más competitivas y abrir nuevas oportunidades de negocio. Porque esta red de ciudades es, de facto, un verdadero laboratorio (living lab) para nuestro tejido empresarial, que permite introducir elementos de compra pública innovadora y después, ya probados, pueden permitir conquistar mercados externos exportando estas soluciones.
Mediante las tecnologías digitales, nuestras ciudades tienen la capacidad y la oportunidad de crear un futuro mejor. Tenemos un tejido empresarial potente que ya lo puede hacer realidad. Sigamos avanzando, pues, hacia un país de ciudades inteligentes.