¿Qué hace del puerto de Barcelona el Puerto de Barcelona?

Jefe de proyectos estratégico e innovación en el Puerto de Barcelona y director del máster en executive en Supply Chain Management de la UPC.

Tras dos años de trabajo, durante los cuales han participado más de 200 personas, el proceso de elaboración del IV Plan Estratégico del Puerto de Barcelona concluyó el pasado mes de enero con su aprobación por parte del Consejo de Administración de la entidad.

Se define así el camino de futuro de la que es la principal infraestructura logística del Mediterráneo. Una infraestructura que aporta más de 11.500 millones de euros a la economía de su entorno y que impacta en cerca de un cuarto de millón de puestos de trabajo (entre directos, indirectos e inducidos).

Uno de los ejercicios más interesantes que hemos hecho durante la elaboración de este Plan es identificar qué es lo que hace que el Puerto de Barcelona sea, precisamente, el Puerto de Barcelona. Es decir, cuáles son los factores característicos singulares que nos hacen atractivos para nuestros clientes, los que nos posicionan de forma única en el mercado y definen nuestra capacidad competitiva en frente a otras ofertas portuarias. Y hemos identificado cinco factores primordiales.

Factores que nos posicionan

Primero, la existencia de un hinterland (área de influencia) potente con una elevada capacidad tanto de consumo como de producción que garantiza unos tráficos consolidados y un equilibrio relativo entre importación y exportación que no se da en otros puertos. Un hinterland donde hay población, industria, turismo, actividad, dinamismo económico … La ciudad de Barcelona, ​​Barcelonès, los dos Vallesos, Baix Llobregat, la Plana de Lleida, Zaragoza, Cataluña Norte, Navarra, Madrid… Todas estas áreas, y muchas más, conforman el área de influencia del Puerto, origen de las exportaciones y destino de las importaciones que se operan en nuestras terminales.

Ningún otro lugar del Mediterráneo dispone de una cantidad y calidad de infraestructuras similar

Segundo, la excelencia de las infraestructuras que nos rodean. Y no solo hablamos de las del mismo puerto (más de 30 terminales, más de 22 km de muelles o más de 48 km de vías ferroviarias), sino también del hecho de que, en las proximidades, encontramos el conjunto de infraestructuras logísticas más importantes del sur de Europa, con un aeropuerto intercontinental, conexión con la alta velocidad, terminales ferroviarias, autopistas de gran capacidad, zonas de actividades logísticas, polígonos industriales y logísticos. Todo en un radio de 10 km alrededor del Puerto. Ningún otro lugar del Mediterráneo dispone de una cantidad y calidad de infraestructuras similar.

Tercero, una elevada concentración de operativa logística en Barcelona (operadores logísticos, almacenes, empresas de transporte). Otros puertos actúan como punto de paso de las mercancías, pero la consolidación y desconsolidación de la carga, los centros de distribución y la actividad logística en general se encuentran alejados. En Barcelona la logística se hace, mayoritariamente, en un radio corto: en la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), el Vallès o el Baix Llobregat. Y esto incrementa notablemente el valor añadido de Puerto y su impacto económico.

Cuarto, una gran diversificación de la actividad. Barcelona es también el puerto más diversificado del sur de Europa y en él conviven cruceros, ferris, contenedores, vehículos nuevos y mercancía a granel, líquida y sólida, con una industria náutica potente y actividades de ocio, tiempo libre, turismo y deporte, estas últimas concentradas principalmente en el área del Port Vell. Esta diversificación se traslada también a la actividad logística, donde podemos encontrar desde grandes multinacionales a pequeños operadores que cubren todos los nichos y sectores del mercado: retail, químico, automoción, pharma, textil o alimentación. Esta diversificación nos da una alta resiliencia que ha sido crucial para resistir la crisis financiera de 2008 y la actual pandemia de la Covid-19.

El éxito del Puerto de Barcelona no lo podemos simplificar mencionando solo los millones de toneladas de mercancía, de contenedores o de pasajeros que hemos movido un determinado año. El éxito del Puerto lo es también de su entorno

Y, por último, la orientación al cliente, uno de los factores más reconocidos por nuestros clientes según el último estudio de marca realizado. El Puerto de Barcelona ha sido pionero en desarrollar estructuras destinadas a conectar con el cliente final: es el primero del Estado en dotarse de un Plan de Calidad, que con el tiempo ha evolucionado en la marca de calidad Efficiency Network; el primer puerto en apostar por las terminales interiores y las conexiones intermodales para acercarnos a importadores y exportadores; ha sido pionero en el desarrollo de un port community system, Portic, para integrar la operativa de toda la comunidad portuaria o en la creación de un Servicio de Atención al Cliente; ha desarrollado aplicaciones para facilitar al cliente información sobre el estado de su carga y, en resumen, ha hecho un esfuerzo para intentar entender las necesidades de los usuarios y adaptarse.

En esta lista de factores de éxito identificamos elementos que, claramente, son el resultado de lo que el puerto ha hecho: sus infraestructuras, sus conexiones, sus sistemas de gestión y de información. Pero también hemos enumerado elementos de nuestro entorno sobre los que no tenemos mucha capacidad de acción: el aeropuerto, el Vallès, Zaragoza, multinacionales o la industria química, entre otros.

Dar respuesta a esta nueva manera de ver el puerto nos exige actuar en tres ámbitos diferenciados: la sostenibilidad ambiental, la mejora de la competitividad y hacer de las personas el centro de nuestra actividad

Y es que el Puerto de Barcelona y su entorno viven en una marcada simbiosis. No seríamos el Puerto que somos sin nuestro hinterland y nuestro hinterland no sería lo mismo sin el Puerto. Somos un factor catalizador de una economía que, a su vez, nos alimenta generando tráfico.

Por ello, el éxito del Puerto de Barcelona no lo podemos simplificar mencionando solo los millones de toneladas de mercancía, de contenedores o de pasajeros que hemos movido un determinado año. El éxito del Puerto lo es también de su entorno. Un puerto eficiente facilitará el desarrollo de nuestra economía, atraerá industria y comercio. Y los tráficos portuarios, como consecuencia de esta mayor y mejor actividad económica, crecerán. Y ese debe ser el punto de partida de nuestra estrategia: mejorar la competitividad de nuestro hinterland, ayudando a las empresas en su aventura exterior, a importar y exportar. Las mercancías, las toneladas, los contenedores, el pasaje, son una consecuencia de las actuaciones, no el fin en sí.

Dar respuesta a esta nueva manera de ver el puerto nos exige actuar en tres ámbitos diferenciados: la sostenibilidad ambiental, la mejora de la competitividad y hacer de las personas el centro de nuestra actividad, ámbitos que se corresponden con los tres ejes estratégicos que hemos establecido.

Sostenibilidad ambiental, social y económica

Por lo que respecta a la sostenibilidad ambiental, el objetivo a largo plazo es ser un puerto cero emisiones facilitando la transición energética hacia fuentes renovables. La actuación de referencia en este sentido es la electrificación de los muelles, que permitirá la conexión eléctrica de los barcos durante su estancia en puerto, reduciendo significativamente sus emisiones. Pero también se trabaja en otras líneas como la autosuficiencia energética o la promoción de combustibles alternativos menos contaminantes.

A nivel de competitividad, hay que diversificar aún más nuestra actividad, lo que nos hará más resilientes a crisis y disrupciones, mejorar la red de conexiones multimodales, desarrollar las infraestructuras que todavía nos faltan, potenciar las actividades de mayor valor añadido y desarrollar nuevos modelos de negocio y dotarse de instrumentos de gestión más ágiles que permitan asumir todos estos cambios.

Por lo que respecta a las personas, el Puerto se propone crear nuevo empleo de calidad, favorecer la empleabilidad de su entorno, fomentar la formación, la innovación, la creación de talento y el emprendimiento y promover la igualdad de género y la no discriminación.

En el fondo, todo este relato lo podemos resumir en la misión que como Puerto de Barcelona hemos definido en este IV Plan Estratégico, que empieza diciendo «generar prosperidad en nuestra comunidad…».

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